12.1.13

sobre la vida y la muerte

Vamos a ponernos de acuerdo en algo: Si escribir sobre la vida o sobre la muerte por separado ya está trillado, esas reflexiones paralelas muerte/vida son de lo más clishé

Sin embargo, y es loco, todo me lleva a. Todo me lleva a, porque un buen día se cruzaron en mi camino, por cuestiones y vías de lo más diversas, la vida y la muerte. Y mientras alguien moría alguien nacía, y todo muy ajeno pero a la vez muy cercano, yo solo me limité a flotar. Sentí que veia abrirse una flor aunque no, y lo mismo la vi marchitarse pero tampoco.

Frente a la vida, no como novedad sino como transcurso, decidí hace cierto tiempo adpotar una postura infantil, de asombro y perplejidad (tud?). En ese discurso, en esa mentalidad, solo dos cosas se me presentan imposibles, inasibles; nacer y morir. No sé, ni voy a saber, ni me van a soprender ninguna de las dos. La primera me pasó sin darme cuenta, la segunda va a idem.

¿Entonces que tanto? Si no las sentí, no las viví ni las voy a vivir. ¿Que me cambian si son tan ajenas, tan irreales, tan extremas? 

Resulta que hoy se chocan, y me suben y me bajan y me pasean por un espiral indescifrable. O no, pero de ser descifrable tampoco me interesa. Quiero que me suban y que me bajen, quiero que me castiguen, que me limen... Al fin y al cabo, de las dos (nacimiento y muerte) me atrae lo mismo: Ese vertigo sadomasoquista. El placer de llegar flotando a un mundo de dolor, o el dolor de irse de ese mundo en profundo placer. Las risas y los llantos que se mezclan en la sala de espera y en el entierro, los pañuelos, los pañales, las señales, los señuelos y todo lo que rima como la vida y como la muerte, que no riman pero hacen verso y todo cobra sentido cuando entendés que solo es eso, que es un segundo, que son mil años, que es solo un rato.

Que vamos y venimos y nada vale y todo vale. Que es todo eso que construimos, nuestros dolores, nuestra alegría, lo que queremos como nuestro. Desde una piel hasta algunos rasgos, unos ojos que se abren y otros que se cierran, sonrisas y llantos (otra vez). Silencios, murmullos, gritos, gemidos.

La vida es una tormenta hermosa y la muerte un relámpago en la noche. Rompe todo pero forma parte, le da color, le da luz, le da sentido.

Somos eso, vida y muerte. Las llevamos a las dos en nuestras entrañas, en partes iguales y en eterna lucha. Todo lo que hacemos en nuestra vida es fruto del temor a morirnos. Todo lo que hacemos en nuestra vida, también, es morirnos. 

Vivirnos es morirnos.

Pero hoy vi nacer una flor y marchitarse otra, sera por eso que un ojo me llora y el otro mira expectante. Será por eso que por momentos el corazón me late y por otros se queda quieto. Será por eso, o porque estoy viviendo. Y por eso mismo, porque estoy muriendo.

No hay comentarios: