A la hora de escribir, creo, es cuando mejor veo que me anda pasando; Mis fantasmas y represiones, las cosas que trato de decir y no sé como, la explicación a esos silencios que me asaltan de repente y me dejan, sin porque, un nudo en la garganta.
Quizás el discurso directo no sea mi mejor estilo. Quizás, ustedes lean una entrada breve y de matiz dolinesco, donde el amor es una bifurcada tomada con humor y piensen que simplemente busque eso, hacer una paradoja chistosa.
Y yo en realidad estaba tratando de atajarme del vacío que siento cuando dejo escapar los fantasmas de lo que fuera o será mi amor. O de lo que tal vez nunca lo fuera ni nunca lo será.
En ocasiones busco reflejar con humor el absurdo de ciertas situaciones cotidianas (¿cotidEanas?), como puede ser nuestra justicia o el infinito despelote de la cartera de una mujer.
Todo esto pareciera no ser más que un poquito de burla a expensas de la realidad circundante, mas en realidad se trata de un último intento por no dejarme ahogar entre tanto barullo. Me desespera la idea de llegar a considerar tanta locura como algo normal. Tanta cordura (me parece más acertado) como algo normal.
Me aterra aceptarme como parte del macabro desfile de la normalidad absoluta.
Me aterra la idea de no poder deslindarme de un mundo de carteles y luces frívolas.
Me aterra la idea de leer dentro de unos años estas palabras y decir "Que boludo"
Me aterra la idea de quedarme sentado viendo como me come las entrañas este mundo podrido.
Por eso de vez en cuando salgo a la luz con idioteces: Escribo en un blog, juego al monstruo con mi sobrina, me mancho comiendo un helado, o me vuelvo loco tratando de acordarme de algún recuerdo totalmente inutil.
Por eso, estimados lectores, y ante la desesperación que sentía viendome tan cerca de ese quedo mental que tanto odio decidí tomar medidas drásticas.
Y así, en algún tipo de sintonía con mi querido Jack Kerouac, me adhiero en mi temporalidad a un imaginario Beat ya muy bastardeado.
Así, mis queridos lectores, decidí raparme la cabeza.
(¿Tanta historia para tan poco? No cambiás más alejandro...)
(escrito allá por diciembre del 2008, me pareció simpatico y decidí darle un lugar)